Porto Sant’Elpidio, Italia – El mundo del deporte extremo se encuentra de luto tras la trágica muerte de Félix Baumgartner, el audaz paracaidista austríaco conocido por su histórico salto desde la estratosfera. Baumgartner, de 56 años, falleció el pasado 17 de julio de 2025 en un accidente de parapente en Porto Sant’Elpidio, Italia.
Félix Baumgartner, nacido el 20 de abril de 1969 en Salzburgo, Austria, dejó una huella imborrable en la historia de la aviación y el deporte extremo. Antes de alcanzar la fama mundial, se formó como mecánico y paracaidista en el ejército austríaco, lo que sentó las bases para su intrépida carrera. Se hizo conocido por una serie de desafiantes saltos BASE desde estructuras icónicas como las Torres Petronas en Kuala Lumpur, el Cristo Redentor en Río de Janeiro y el viaducto de Millau en Francia.
Sin embargo, el hito que lo catapultó a la inmortalidad fue la misión «Red Bull Stratos» el 14 de octubre de 2012. En aquella ocasión, Baumgartner ascendió en una cápsula presurizada hasta una asombrosa altura de 38.964 metros. Desde allí, realizó una caída libre que lo llevó a romper la barrera del sonido sin asistencia mecánica, alcanzando una velocidad máxima de 1342 kilómetros por hora. Con esta hazaña, estableció récords mundiales por el salto más alto y el vuelo en globo tripulado a mayor altitud.
La noticia de su deceso impactó profundamente. Baumgartner sufrió una indisposición repentina mientras volaba en un parapente motorizado, lo que le hizo perder el control de la aeronave y precipitarse fatalmente sobre la piscina de un hotel. Equipos de rescate confirmaron su fallecimiento en el lugar del accidente. Su pareja, quien lo acompañaba, fue informada de la terrible noticia.
La partida de Félix Baumgartner deja un vacío en la comunidad del deporte extremo, pero su legado de valentía y superación de límites permanecerá como inspiración para futuras generaciones de atletas.
Un pionero que desafió los límites del cielo Baumgartner ganó fama mundial en octubre de 2012 con su salto desde 38 kilómetros de altura sobre Roswell, Nuevo México. Conocido como “Fearless Felix”, batió varios récords, incluidos los de velocidad en caída libre —llegó a alcanzar más de 1 343 km/h, rompiendo la barrera del sonido sin ayuda mecánica— y altitud alcanzada.
Su carrera incluyó múltiples exhibiciones, saltos BASE desde edificios emblemáticos —como el Cristo Redentor de Río y las torres Petronas— y más de 4 000 saltos. En años recientes, también participó como piloto acrobático con los Flying Bulls en Europa.
Un legado imponente, pero polémico Más allá de su audacia, Baumgartner generó controversia por sus posturas políticas, claramente alineadas con la ultraderecha. Sus opiniones públicas y críticas hacia movimientos progresistas, feminismo, y activistas climáticos generaron debates y rechazo en varios sectores.
No obstante, su contribución a la ciencia aeroespacial —a través de su salto Red Bull Stratos y la información recogida sobre trajes presurizados— dejó una huella perdurable en la investigación de vuelos extremos.
El final de un símbolo del riesgo y la valentía Porto Sant’Elpidio le rindió homenaje, destacando su coraje y pasión por la aviación extrema. Aunque su vida estuvo marcada por la exposición al peligro, su filosofía siempre incluyó un riguroso protocolo previo a cada desafío: “odio que me llamen adicto a la adrenalina; me gusta la planificación” decía él.
Félix Baumgartner deja un legado complejo: un pionero de la caída libre más allá de los límites conocidos, con una vida tan osada como criticada. Hoy, el deporte extremo llora la pérdida de uno de sus más emblemáticos representantes.