El campeón estadounidense Terence Crawford volvió a encender las especulaciones sobre su futuro al publicar una foto en Instagram vestido como un samurái. La imagen, interpretada por muchos fanáticos como un mensaje simbólico de disciplina y resistencia, despertó rumores de que el boxeador estaría preparando su regreso al ring tras la derrota frente a Canelo Álvarez.
El combate del 13 de septiembre dejó a Crawford con más dudas que respuestas. Su desempeño fue criticado por su falta de agresividad y la ausencia del ímpetu que lo había caracterizado en sus mejores noches. En lugar de pelear como un guerrero, muchos vieron en él una estrategia excesivamente conservadora, más cercana al juego del gato y el ratón que a la ofensiva de un campeón.
Mientras su figura vuelve al centro de atención, su entrenador, Bernie Davis, afirmó que el precio de Crawford para volver a pelear es de $100 millones. La cifra, exorbitante incluso para el boxeo de élite, deja en manos del promotor saudí Turki Alalshikh la tarea de convencerlo de aceptar un reto de alto riesgo, posiblemente ante David Benavidez.
De concretarse ese duelo, sería una pelea de gran magnitud. Crawford, conocido como “Bud”, tendría la oportunidad de recuperar prestigio enfrentando al “Monstruo Mexicano”, un rival que simboliza la juventud, la potencia y el ímpetu que muchos consideran que le falta al estadounidense. Además, sería un combate con atractivo mundial y enormes ingresos televisivos.
El desafío de mantener la grandeza
El enfrentamiento con Benavidez representaría, además, la oportunidad para Crawford de cimentar su legado y aspirar a un lugar en el Monte Rushmore del boxeo. Pese a sus logros en múltiples divisiones, aún existen dudas sobre la calidad de sus oponentes y la ausencia de victorias sobre figuras jóvenes y dominantes.
En contraste, una posible incursión en las 160 libras parece menos atractiva. Aunque podría buscar un título en peso mediano, los nombres disponibles —Janibek Alimkhanuly, Carlos Adames o Erislandy Lara— no garantizan el interés ni las cifras que Crawford exige. Para lograr una bolsa de nueve cifras, necesitará enfrentarse a un rival de primer nivel.
Las peleas que despertarían verdadero interés también implican alto riesgo: David Benavidez, Dmitry Bivol, Artur Beterbiev, Jaron Ennis y Christian Mbilli aparecen como opciones viables, aunque cada una con un nivel de peligro considerable. Crawford sabe que para volver al centro del panorama, deberá asumir riesgos que antes evitó.
En recientes declaraciones, Crawford afirmó que su benefactor saudí, Turki Alalshikh, lo apoyó tras sentirse “vetado por el sistema”. Sin embargo, sus palabras despertaron controversia. Durante su etapa con Top Rank, el estadounidense tuvo oportunidades constantes, títulos en tres divisiones y exposición mediática a través de ESPN.
Pese a ello, su carrera no logró consolidarse como un fenómeno de taquilla. Más allá del éxito de su combate con Errol Spence Jr., las ventas de pago por evento no acompañaron su talento sobre el ring. Su pelea más reciente, ante Israil Madrimov el 3 de agosto de 2024, registró apenas 200 mil compras, confirmando que Crawford todavía lucha por conectar con el gran público.
Fuente: Notifight