SAN FRANCISCO — En un golpe fuerte y claro a los Warriors —y a su orgullo — Houston revirtió una desventaja de 12 puntos al medio tiempo y se impuso por 104-100. El partido dejó heridas en varias formas: un resultado, sí… pero también un recordatorio de lo frágil que puede ser el poderío cuando se mezcla con una mala segunda mitad.
🔥 Los héroes del Rockets
Reed Sheppard explotó: registró su mejor marca personal con 31 puntos, 9 rebotes y 5 asistencias — justo lo que Houston necesitaba para poner el partido de su lado.
Además, brilló Alperen Şengün con 16 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias, apoyando la remontada en la segunda mitad.
😬 Warriors: buen inicio, pésimo cierre
Los Warriors dominaron la primera mitad —llegaron al descanso arriba 59-47—, pero luego se hundieron: solo anotaron 17 puntos en el tercer cuarto, con un shock de 0-8 desde el triple, y tiraron su ventaja al piso.
Curry, habitual salvavidas del equipo, terminó con apenas 14 puntos (4 de 13 en tiros, 2 de 9 en triples). Y como si fuera poco, cojeó fuerte en el último período tras una caída defendiendo una jugada: salió cojeando del campo y los Warriors quedaron con varias señales de alarma física.
Otros lores del equipo —como Jimmy Butler III (21 pts) y Will Richard (18 pts) — aportaron, pero no fue suficiente para sostener la ofensiva.
📉 Consecuencias y lo que viene
Houston suma una victoria importante: demuestra que puede remontar —y sin su máxima estrella presente. Buen augurio para su profundidad.
Golden State sufre un golpe doble: perdió el partido —y posiblemente la salud de su figura — Curry. Si la lesión empeora, las dudas en defensa del campeonato se multiplican.
El balance se puso parejo: los Rockets retomaron confianza; los Warriors deberán revisar rotaciones y evitar depender tanto de un solo jugador.
En pocas palabras: este juego fue un recordatorio brutal de que en la NBA no hay nada escrito. A veces, cambiar la actitud en un solo cuarto basta para mandar al otro equipo de vuelta al ring de los sueños rotos.