Casualidades del destino o con un propósito muy claro, George Russell quedó en contradirección en lo que a su contrato se refiere, siendo prácticamente el único piloto perteneciente a un equipo importante que no tiene su futuro cerrado para 2026 en lo que es un arma de doble filo.
George Russell, sin contrato para 2026
Por una parte, él no tiene a dónde ir, y por otra el equipo no tiene con quién sustituirle, razón por la que se trata de alargar la situación con la esperanza de que las cartas se barajen y todo se acabe poniendo a favor de una de las partes negociadoras.
Desde el punto de vista empresarial de Mercedes, existía la posibilidad, complicada pero no imposible, de que el debut de Andrea Kimi Antonelli fuese aún mejor de lo que lo está siendo, no mostrando necesidad de otro piloto. Y Russell, justo lo opuesto, que el equipo prácticamente dependiese de su rendimiento para que así tuvieran que ceder a sus peticiones.
Y es curioso cómo funcionan las cosas en Fórmula 1, porque la situación actual es difícil de definir. Andrea Kimi Antonelli aún muestra claros puntos en los que debe mejorar, pero su rendimiento está siendo altamente positivo y aunque es cierto que la fiabilidad le ha sido esquiva, por ejemplo, logró su primer podio de forma reciente. Aunque de igual manera, solo suma, oh casualidad, 63 puntos, mientras que George con cinco podios, incluyendo una victoria, suma 136 puntos, manteniéndose en una hipotética lucha por el título ante un renacer de Mercedes, que fue bien en Canadá y que se espera que vaya también bien en Austria.
Con estos datos cuesta saber quién tiene la sartén por el mango. Porque sí, Mercedes necesita al piloto que tan competitivo está siendo, pero de igual manera, Russell también necesita un equipo para pilotar. Y en la competencia, no parece que la situación vaya a cambiar.
McLaren, pese a los acontecimientos recientes, está suficientemente satisfecha con sus pilotos, y aunque una guerra pudiese estallar más hacia final de año, no parece probable. En Ferrari, el rendimiento de Lewis Hamilton no está siendo el deseado, pero de nuevo, parece poco plausible que el británico se vaya a rendir o que Leclerc decida un movimiento inesperado. En Red Bull las aguas siempre son más turbulentas, pero Max Verstappen mantiene su contrato multianual, el equipo no parece ser en mejor forma que Mercedes, y la historia reciente dice que ser compañero de Verstappen es la forma más rápida de ir directo al desastre. ¿Podría ser Verstappen el piloto que dinamitase el mercado? Sí, pero tanto como el año pasado, el anterior, o el que viene. Por poder…
La llave de Max Verstappen
Por lo tanto, debería ser una renovación sencilla, y así lo ha evidenciado Toto Wolff en varias ocasiones, usando frases que recuerdan a cuando Lewis Hamilton tocaba renovar, como que no va a haber ningún problema, que está prácticamente hecho, o que se cerrará en cuanto se sienten a hablar. Pero es el mismo Toto Wolff que concede una entrevista a un medio económico y entonces decide lanzar indirectas en las que asegura que en el equipo nadie está por encima de nadie, que son 1.200 estrellas y que los pilotos tienen que tener la capacidad de amar un gran equipo a su alrededor, como hicieron Schumacher y Hamilton al tiempo que habla de la filosofía Mercedes y cómo todos sus integrantes la entienden, y que incluso tomará acciones despiadadas si la situación lo requiere. Palabras que es fácil intuir a quién van dirigidas.
Y mientras la renovación no se cierre, ambas partes seguirán esperando que la balanza se ponga de su lado, con el deseo de que el mercado dinamite… ¿Quién ganará esta batalla?
Fuente: Car and Driver